¿Cómo calentar la fórmula para bebé adecuadamente?

Saber dar lo mejor a nuestros pequeños es crucial. Imagina preparar la fórmula para bebé y descubrir que está demasiado fría o demasiado caliente. Te enseñamos a asegurarte de que la leche esté justo como a tu bebé le gusta, ¡con la cantidad y temperatura perfecta!

Aprende a calentar correctamente la fórmula para bebé de tu peque

Temperatura ideal

Aunque lo más común es darle a nuestros peques leche de fórmula a temperatura ambiente, en ocasiones debemos temperarla para que el bebé la acepte más fácilmente. Considera el clima en el que vives para determinar si debes calentarla o no.

Lavado de manos

La higiene es clave en cualquier cuestión relacionada con tu peque, por lo que lavarse las manos antes de manipular el biberón y la leche de fórmula es fundamental. Además de tener las manos limpias, asegúrate de tener el biberón y los demás artículos en lugares higiénicos donde las bacterias no puedan proliferar.

Te recomendamos secar al aire libre el biberón, platos o cucharas, utilizar bolsas o recipientes esterilizados para almacenar los artículos de alimentación de tu bebé, o dedicar un espacio de la cocina exclusivo; asegurándote que sean lugares secos donde no hay contacto con otros alimentos.

Calentador de biberones

Existen tres formas muy sencillas de calentar la leche.

El clásico “baño María”. Coloca el biberón dentro de una olla con agua caliente sobre la estufa hasta lograr la temperatura deseada. Evita sumergirla en agua hirviendo.
Colocar el biberón sobre un chorro de agua caliente de manera que la leche se atempere uniformemente.
Con la ayuda de un calentador de biberones.

Cualquiera de estas tres opciones te ayudará a tener la leche a la temperatura perfecta para tu peque. Te recomendamos evitar el microondas, ya que puede crear puntos calientes y fríos en la leche. Además, la radiación generada por estos electrodomésticos pueden afectar la calidad de la leche y la salud de tu hijo o hija a largo plazo.

Presta atención a estos consejos

Antes de alimentar a tu bebé, agita suavemente la botella para distribuir el calor de manera uniforme. Luego, vierte unas gotas en la parte interna de tu muñeca para verificar la temperatura. Recuerda que debe sentirse tibia, no caliente.

Una vez calentada la leche, dásela a tu peque dentro de un tiempo razonable (aproximadamente una hora) y desecha cualquier resto que no haya sido consumido. Esto evitará riesgos de contaminación.

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